El Adviento de la Ecología Integral
Desde el Antiguo Testamento se esperaba al Mesías anunciado por los profetas. Para recibirlo y para que los cielos se abrieran a la venida del Salvador se hacía oración, así también nosotros vivimos nuestro Adviento en un espíritu de oración para que Jesús vuelva a nacer entre nosotros.
La Navidad es el tiempo en que recordamos el nacimiento del Niño Jesús, y el Adviento es el tiempo en que la Iglesia se prepara para vivir la Navidad con un gran fruto espiritual. Como María que se preparó para recibir al hijo de Dios en su vientre, nosotros nos vamos preparando para resignificar la presencia de este niño entre nosotros. En la creación reconocemos la presencia de Dios y del Evangelio (Cf. LS Cap II).
El Dios que viene a nuestro encuentro en la persona de Jesús, es el Dios que estará consumando al final de los tiempos lo creado. En palabras del Papa “el fin de la marcha del universo está en la plenitud de Dios, que ya ha sido alcanzada por Cristo resucitado, eje de la maduración universal” (Ls 83). Cristo es el fruto que esperamos. Cristo es el don que Dios ha dado a la creación entera. Es quien “abraza e ilumina todo” (LS 83). 1
El Adviento en la perspectiva de Laudato Sí nos invita a preparar el corazón, a reparar las relaciones humanas rotas, a crear espacios de convivencia entre nosotros y el medio ambiente, entre nosotros mismos y entre nosotros y Dios. Esto es, finalmente, el proceso de conversión a Dios en perspectiva de una ecología integral.