El día de la presentación del Señor, en la iglesia San Pedro y San Pablo de Shamboyacu (Picota), la Hna. Dany Esperanza Ortiz Culqui, ha realizado su profesión perpetua en la Congregación de las Obreras del Corazón de Jesús.
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La celebración de la Eucaristía ha sido presidida por el Padre Nicolás Jesús Rivero Moreno y concelebrada por el Padre Francisco de Borja Redondo de la Calle, párrocos de la Parroquia Virgen del Perpetuo Socorro de Picota; a esta celebración ha asistido la superiora general de las Obreras del Corazón de Jesús, la Madre María Teresa Núñez Villanueva, quien ha manifestado su alegría por dicha celebración y ha realizado un llamado a los jóvenes para que descubran la vocación con la que Dios les llama; también han asistido las Madres Vito, Marcela y Gladis de las Obreras del Corazón de Jesús de la comunidad de Shamboyacu, y la superiora de la comunidad de las Salesianas del Corazón de Jesús de Picota junto con las aspirantes.
La Hna. Dany Esperanza ha estado rodeada de su familia y ha sido emotivo cuando ha pedido la bendición de sus padres, Cornelio y Blanca, antes de su profesión religiosa. En esta celebración ha sido bautizado un sobrino de la nueva profesa: Tiago Alesandro. Numerosos fieles de distintos pueblos del distrito de Shamboyacu, y especialmente de Chambira, de donde es la hermana, la han rodeado con su afecto y oración. Los cantos han sido realizados hermosamente por los Hijos de la Compasión.
Es un motivo de gran alegría para nuestra comunidad cristiana el don de la vocación a la vida consagrada como expresión del amor fiel de Dios hacia su Pueblo. Damos gracias a Dios por la Hna. Dany Esperanza que se ha unido a Cristo como su esposa para ser testigo del amor del Corazón de Jesús hacia los más pobres.
Las Obreras del Corazón de Jesús fueron fundadas en la primera mitad del siglo XX por el Padre Pedro Castro y la Madre Mª Jesús Herruzo Martos, en Villanueva de Córdoba (España) con el objetivo de evangelizar en los campos y pueblos pequeños, atendiendo a aquellos con menos recursos para conocer y amar a Dios. Son mujeres que consagran “su vida al servicio de Cristo en la Iglesia llegando a las personas más pobres y abandonadas, donde no va el sacerdote ni otra religiosa. Una mujer desligada de todo amor humano y con un corazón encendido en el amor a Jesucristo, en cuyo Divino Corazón encuentran todo su consuelo, toda su vida, todo su bienestar, deseando con toda su alma revestir su propio corazón de los sentimientos de que está revestido el Corazón de su esposo Jesucristo. (P.Fundador).” Están presentes en distintos países como España, Paraguay, Perú. En Shamboyacu llevan más de diez años al frente de la Casa Hogar «Virgen de Araceli», al servicio de la juventud.
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