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Parroquia Santísima cruz de los Motilones celebra un emotivo día de la madre

¿Qué tenemos en común los sacerdotes y las madres? A la luz de esta bella representación de Jesucristo, el Buen Pastor. Todas las cualidades que la Biblia atribuye a Jesús, el Buen Pastor, se las podemos atribuir a María, la Madre del Buen Pastor.

¿Quién conoce a sus hijos mejor que una Madre? Y los hijos, como no van a reconocer la voz de la Madre, que la han escuchado desde que estaban en su vientre. Entre el hijo o la hija y la Madre existe una comunión de amor íntima y misteriosa.

El Pastor apacienta y conforta a sus ovejas. Si una oveja se le pierde, va a buscarla, la toma sobre sus hombros, sana sus heridas. Las ovejas pueden decir: Aunque pase por caminos oscuros, nada temo, porque tu vas conmigo.

Lo mismo hace una Madre con sus hijos: Los acoge, los escucha, los alienta, los consuela, les da ánimos. Cuando pasamos por momentos duros y complicados, naturalmente tendemos a buscar paz y fuerza en el cariño de nuestras madres. Y si un hijo se aleja o se pierde, no se cansa de buscarlo, de esperarlo, de perdonarlo. Podríamos decir muchas cosas más en esta analogía entre el Pastor y la Madre. Ambos guían, enseñan, alimentan, buscan mantener unido el redil y la familia. En ese contexto la Parroquia Santísima cruz de los Motilones celebró un emotivo día de la madre con la celebración de la Santa Misa.