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Nuestra prelatura celebra con esperanza las nuevas ordenaciones al diaconado y sacerdocio

24 febrero, 20212127 views0

Prepararse para participar en competiciones de talla internacional, comienza por someterse a un riguroso y continuo entrenamiento. Esto nos ayuda a comprender mejor la institución del diaconado y del sacerdocio.

José Gilver Guamuro Vílchez; estudiante del Seminario Mayor San José de Moyobamba, quien compartió su testimonio hace unos meses con nosotros, se prepara para recibir por imposición de manos de Mons. Rafael Escudero López-Brea, el Ministerio del Diaconado, dando un paso más cercado a la Orden Sacerdotal.

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Aspirar a ser sacerdote es unirse al equipo de Jesucristo, conlleva una serie de pruebas para saber si ha sido una respuesta a la invitación de nuestro Señor Jesucristo. Cuando se llega a la certeza moral de que, efectivamente, uno quiere ser parte del equipo de Jesucristo, se hace la solicitud formal de entrar en el equipo y se recibe la respuesta del que está legitimado para darla, es decir, el obispo de la prelatura a la que uno se quiere incorporar. En esta oportunidad Mons. Rafael recibe con felicidad y cautelo a los próximos candidatos a recibir el ministerio del diaconado y sacerdocio respectivamente.

José Gilver, natural de Cajamarca, nacido en una cuna católica, que en busca de un mejor porvenir emigró a estas tierras de la selva peruana. Recibió la fe en el seno de su fervorosa familia, que lo unía a la oración de sus devociones donde fui conociendo a Jesús.

“Cuando tenía nueve años me compré una biblia y, aún niño, me uní al grupo de jóvenes de la capilla de mi pueblo, ellos me enseñaron a rezar el rosario, me invitaban a sus actividades y a leer las lecturas de la liturgia de la palabra. En este ambiente vi brillar una luz, que me abría un nuevo camino, de algún modo sentí la voz del Señor que me invitaba a seguirle… entonces yo me empecé a resistir. No quería dejar mis planes que, aunque pequeños, buenos y honestos, no eran lo que Dios quería para mí. Para complicar las cosas me enamore, a ver que se van a pensar; todo generó tal tensión que me llevó a la oración, ya se ve que no era tan malo.
El Señor me había mirado, me había seducido. Me costó aceptarlo, tan terco era, pero solo el Señor era mi paz y mi felicidad. De todos modos, fui aprendiendo a amar y lo que parecía difícil se tornó en mi favor puesto que fui comprendiendo que la vocación al Sacerdocio no era una renuncia al amor, sino una acogida y entrega generosa a un amor más grande, más pleno, aún con todo lo que ello implica: renuncia, abnegación, sacrificio, don total de sí mismo. Después de todo, ¿no es eso lo que nuestros padres viven cada día?, ¿no es eso fuente de felicidad?
Sin más decidí entrar en el seminario para discernir mejor mi vocación, y hoy con inmensa gratitud, comparto la alegría de poder decir: Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad” concluye José.

Esperanza sacerdotal

Silenciosamente ha venido preparándose José Manuel Heredia Soriano, diácono desde el 12 de enero del 2020 que fue ordenado por Mons. Rafael en la Catedral de Moyobamba. La Prelatura de Moyobamba celebraba esta ordenación con esperanza luego de algunos años de arduo trabajo de los formadores del Seminario Mayor San José.

Nací un 20 de mayo de 1995, mes dedicado a la Virgen María, de familia católica, quizás María ayudó en mi vocación.

“Tengo 25 años, soy diácono incardinado en la Prelatura de Moyobamba, fui ordenado el 12 de enero del 2020 en la Santa Iglesia Catedral de Moyobamba. Egresé del Seminario Mayor de Moyobamba, lugar donde fui formado; ingresé cuando tenía 17 años, al poco tiempo de terminar los estudios secundarios. Mi obispo me ha destinado a la Parroquia Santiago Apóstol de Moyobamba, lugar donde me encuentro ejerciendo el ministerio diaconal.
En cuanto a mi vocación no se desde cuando inició sólo sé que desde pequeño quería ser sacerdote y así se lo manifestaba a la gente cuando me decía algo: “Yo seré sacerdote”. Fui bautizado cuando aún era pequeño, el 25 de diciembre de 1996, Natividad del Señor, ¡gracias queridos padres por este regalo!. La mayor parte de mi infancia la pase en Cacatachi y desde allí hasta que ingresé al Seminario. Fue en mi querido pueblo donde fui afianzando y descubriendo cada vez más mi vocación. Infinitas gracias a las personas que influyeron en mi vocación, de manera muy especial a mis abuelos, animadores y a mis queridos párrocos de la Parroquia de Morales.
Como todo joven, un tiempo quería ser una cosa y luego otra, pero el tema de la vocación estaba allí hincándome en el corazón. Me gustaba ir a la iglesia, otros días no iba y otros no quería ir, pero mis abuelitos siempre me recordaban la gran responsabilidad que había adquirido desde el día de mi bautismo. Ya en la secundaria me aleje mucho de Dios, luego regresé, fui monaguillo e iba a rezar el Santo Rosario con la comunidad, incluso ayudaba con la limpieza del templo. Disfrutaba mucho de todo esto y veía que me hacía feliz, el dedicarme a las cosas de Dios, sentía la vida que se me hacía agradable, todo era una aventura hermosa. Fue un día al salir del Rosario, cuando la esposa del animador me preguntó si quería ser sacerdote, estaba esperando esa pregunta en el fondo, tenia temor por mi familia, ellos querían que estudiara una carrera.
Y así al pasar el tiempo mis convivencias lo viví en el Seminario Mayor San José, cuanto tiempo ha pasado, pero en esta oportunidad me pidieron un breve testimonio hasta aquí, comparto con ustedes un poco de mis recuerdos más preciados, seguramente que en breve podré extender más mi testimonio a puertas de mi ordenación sacerdotal, Laudetur Iesus Christus” concluye José Manuel, esperando la fecha de su ordenación sacerdotal.

Recordemos la ordenación diaconal de josé manuel a inicios de 2020

Aprovechemos para renovar nuestra entrega y pidamos a la Santísima Virgen María, que sea, para nosotros y para los que hoy se preparan para la ordenación diaconal y sacerdotal, la “Estrella de la evangelización”