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Las sectas

Esta palabra deriva etimológicamente del latín sectus, secta, sectum que significa cortado o separado. Por tanto, podríamos designar con esta expresión a todos los grupos que se han separado de una religión o una iglesia. Según la definición que recoge el sacerdote Manuel Guerra en su libro “Los Nuevos Movimientos Religiosos o Sectas”:

Una secta es un grupo autónomo, no propiamente cristiano, de estructura piramidal (el líder de la secta  ocupa el vértice más alto de la pirámide y tiene un poder totalitario sobre ella), sin crítica interna, fanáticamente proselitista, con mucho fundamentalismo bíblico, desentendido de la cuestión social, exaltador del esfuerzo individual, que no acepta la Biblia como única fuente escrita de la Revelación divina y espera el inminente advenimiento de una Era nueva en la Tierra tras una catástrofe cósmica (fin del mundo) o sin ella.

  1. ¿Qué ha dicho la Iglesia Católica sobre las sectas?

Básicamente la Iglesia Católica ha considerado a las sectas, como una problemática o desafío pastoral y ha hablado sobre ello a través de dos documentos: el primero es el Documento de Santo Domingo de 1992, donde se clasifican las sectas y se advierte del problema de las mismas, y, por otro lado, tenemos el documento de la “Congregación para la Evangelización de los pueblos de 1993” donde, también se advierte de los peligros de las sectas.

  1. ¿Por qué hay tantas sectas hoy?

Son varias las causas que han dado lugar a la pluralidad de sectas:

  • Diversos factores sociales han influido en la pluralidad y proliferación de las sectas: procesos de colonización, migraciones, turismo, guerras, medios de comunicación, literatura, etc.
  • El carisma del fundador, pues muchos fundadores de sectas o nuevos movimientos religiosos han tenido personalidades fuertes y atrayentes. Algunos grupos proselitistas han llegado a exaltar tanto la figura de su fundador que lo han deificado, considerándolo “un nuevo Mesías”.
  • La mayor parte de las sectas de impronta cristiana son escisiones que se han producido de las comunidades eclesiales históricas (luteranos, anglicanos, calvinistas etc.). Estas escisiones que se producen en el protestantismo se deben a dos motivos: “el libre examen” de la Sagrada Escritura y “la falta de un centro de autoridad”, como en la Iglesia Católica lo es el Magisterio.
  • La decadencia de la auténtica religiosidad y de lo sagrado, hace que las personas busquen en las nuevas formas religiosas unos “sustitutos” que les dejan más vacíos de lo que ya estaban. Así ante la pérdida de todos los valores religiosos y virtudes cristianas, las personas buscan el sentimentalismo, lo supersticioso, el esoterismo, etc.
  • Estos grupos, han aprovechado también las necesidades humanas para captar más adeptos. Por ejemplo: problemas psicológicos, enfermedades, dificultades económicas o la necesidad de amistad.
  • Antes la fe se transmitía de padres a hijos. Ahora los tiempos han cambiado, los hijos tienen a su disposición medios de comunicación, nuevas amistades que tienen otras creencias y los padres al no tener preparación suficiente no pueden ayudarles.
  • La religión se considera como actividad profana, como negocio. Esta idea ha conseguido un aumento considerable de las sectas.
  • La organización pastoral de la Iglesia católica es deficiente para la actualidad debido a la falta de vocaciones.
  • Muchas sectas ofrecen cursos bíblicos o formación bíblica gratuita a los nuevos adeptos, de forma que estos al interesarse por la Biblia caen en sus redes y de esta forma empiezan a formar parte de su grupo. Por ello, hoy en día hace falta más que nunca en las parroquias, cursos bíblicos, cursos de defensa de la fe, catecismo, formación teológica para laicos, etc.