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Evangelio de hoy 22 nov. 2019 (San Lucas 19,45-48.)

Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”. Y diariamente enseñaba en el Templo.
Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.

COMENTARIOS

“La Escritura dice: ‘Mi casa es una casa de oración.”

Les exhorto a caminar según el pensamiento de Dios. Porque Jesucristo, príncipe indefectible de nuestra vida es el pensamiento de Dios. Del mismo modo, los obispos, extendidos por toda la tierra, están en el pensamiento de Cristo Jesús. De manera que os conviene caminar según el pensamiento de vuestro obispo. Es lo que ya hacéis. El conjunto de vuestros presbíteros, dignos de Dios, está unido al obispo como las cuerdas lo son a la cítara.

Así, en el acorde de sus sentimientos y en la armonía de su caridad, canten a Jesucristo. Que cada uno de ustedes se haga miembro del coro para que, en la armonía de sus acordes y sobre el tono de Dios, canten a una sola voz las alabanzas del Padre, por Jesucristo.     

Son las piedras del templo del Padre, talladas para el edificio construido por Dios el Padre, elevadas hasta la cumbre por Jesucristo, que es la piedra angular, por el Espíritu Santo. Su fe los eleva a las alturas y la caridad es el camino que los eleva hasta Dios. Son todos compañeros de ruta, portadores de Dios y de su templo, portadores de Cristo, llevando los objetos sagrados, adornados de los preceptos de Jesucristo. Con ustedes me siento lleno de alegría. Mi gozo consiste en ver que viviendo en una vida nueva, no aspiran a nada fuera del amor de Dios.

FUENTE: evangeliodeldia.org