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Evangelio de hoy 06 dic. 2019 (San Mateo 9,27-31.)

Evangelio según San Mateo 9,27-31.

Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: “Ten piedad de nosotros, Hijo de David”. Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: “¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?”. Ellos le respondieron: “Sí, Señor”. Jesús les tocó los ojos, diciendo: “Que suceda como ustedes han creído”.
Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: “¡Cuidado! Que nadie lo sepa”.
Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.

COMENTARIO

La gracia que Dios nos ha dado (Rom 12,6)

Cada uno de nosotros posee la energía manifiesta del Espíritu en proporción a la fe que está en él (cf. Rom 12,6). De este modo, cada uno es el intendente de su propia gracia. Nunca quien esté bien dispuesto podrá desear algo de quien es honorado por la gracia, en cuanto que sobre él mismo reposa la disposición para recibir los bienes de Dios. Lo que hace que los bienes de Dios permanezcan en nosotros, es la medida de la fe de cada uno. Ya que es en la medida que creemos que nos es dado el fervor en la acción. El que actúa, revela la medida de su fe en proporción a la acción: recibe la medida de la gracia según cuanto ha creído. (…) Por las elevaciones parciales de las virtudes, con la ayuda de Dios, hagamos converger hacia su finalidad los carismas que nos fueron compartidos, para que no dejar ciega y como sin ver nuestra fe, privada de las luces que dan las obras del Espíritu. En la medida que esté en nuestra posibilidad, no apaguemos en nosotros mismos los ojos divinos de la fe.
Quien no cumple las órdenes divinas de la fe, posee una fe ciega. Porque ya que las órdenes de Dios son luz (cf. Is 26,9 en la Biblia LXX), quien no cumple las órdenes de Dios está sin luz divina. Deja sin respuesta el llamado divino, no responde verdaderamente.

FUENTE: evangeliodeldia.org