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Comentario del Evangelio del XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario Marcos 10,17-30

Suscríbete a nuestro canal 👉 http://bit.ly/SuscribeteSanGabriel El Padre José Joaquín comparte con nosotros el #EvangelioDeHoy​​​​ Domingo 10 de Octubre 2021, Evangelio según San Marcos 10,17-30 Conéctate con la #LectioDivina​​​​ 📖 https://bit.ly/ComentarioDelEvangelio

Que la gracia y la misericordia del Señor estén con ustedes.

el espíritu Santo, en la segunda lectura de la misa, nos recuerda que la Palabra de Dios, inspirada por él, tiene vida, comunica vida y es eficaz, es decir, ofrece y da lo que dice. Esta palabra es la que meditamos cada día, para encontrar en ella la vida eterna. ¿A quién vamos a acudir? Sólo Jesucristo, que es la Palabra eterna del padre, es la verdad que da vida en abundancia. Esta Palabra todo lo penetra, hasta lo más íntimo de los deseos y las intenciones de cada corazón humano. Nada se le escapa, todo está patente y descubierto ante quien hemos de rendir cuentas.

Lo que dice esta lectura de la carta a los Hebreos lo experimentamos cada día. Ante tanta palabra que leemos o escuchamos, a través de los medios de comunicación y de las redes, los textos de la liturgia de cada día nos iluminan y nos ayudan a discernir entre tanta noticia y novedades. Así es, hermanos, la Palabra de Dios siempre tiene la razón. Siguiendo sus consejos acertamos en el camino de la vida y, además, nos libera de tanta vanidad, superficialidad y estupidez. En verdad que la palabra de Dios es como una espada de doble filo que “penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos”.

El pasado día 7 celebramos a nuestra madre bendita en su advocación de Nuestra Señora del Rosario, y este martes día 12 lo haremos en su título de Nuestra Señora del Pilar, devoción tan querida en España y el continente americano. No olvidemos que seguimos en el mes del Rosario y el mes de las misiones. Busquemos cada día un momento tranquilo para descansar con la Virgen meditando con ella los misterios de nuestra salvación, orando especialmente por la obra de las misiones. Hoy más que nunca es urgente la evangelización, el anuncio de la mejor noticia de la historia: el Verbo se hizo carne y acampa entre nosotros. Jesucristo nos ama hasta el extremo: o estamos con él o contra él.

En este domingo también cada uno de nosotros nos acercamos a Jesús, que viene a nuestro encuentro. Nos postramos ante él en humilde adoración y lo llamamos con este dulce nombre: “Maestro bueno”. Lo llamamos así porque nadie hay bueno más que Dios, y Jesucristo es verdadero Dios. Él conoce hasta lo más profundo de nuestro corazón, y sabe que, desde niños, nos esforzamos en cumplir los mandamientos. Así nos han educado en la fe cristiana y, cuando faltamos a alguno de los mandamientos, nos sentimos culpables y nos confesamos de ello.

Así es, hermanos, queremos heredar la vida eterna, queremos ir al Cielo y ser eternamente felices. No olvidamos la advertencia de Jesús: “no todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos; sino aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo”. La voluntad del padre celestial la tenemos resumida en los 10 mandamientos y, cuando rezamos el padrenuestro, le pedimos fuerza para cumplirla cada día.

Al igual que el personaje del Evangelio, Jesús se queda mirándonos a cada uno, nos ama y nos dice: “una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme”. El Señor nos mira con inmenso cariño y ternura, y le agrada nuestra vida y nuestro esfuerzo diario por cumplir su voluntad. Pero también hoy nos muestra lo que nos falta para poder heredar la vida eterna. Cada uno de nosotros estamos apegados a cosas o bienes de este mundo, que nos impiden tener un tesoro en el cielo, y seguir a Jesús.

Por ello, hermanos, en este domingo debemos tener un rato tranquilo para conversar con Jesús y preguntarle ¿Señor, que me impide seguirte con alegría? ¿Cuáles son mis apegos desordenados que no me dejan vivir con plenitud y con esperanza? Hagamos silencio prolongado para escuchar la voz del Señor que, con toda seguridad, nos hablará. Y, cuando nos haga descubrir que la casa de nuestra vida está cimentada sobre arena, dejemos que el espíritu Santo nos fundamente sobre la roca, que es el mismo Jesucristo. Así, las inclemencias del tiempo y las vicisitudes de la vida, no nos impedirán vivir con paz y alegría, y no nos hundiremos.

Jesús es la piedra más preciosa y todo el oro del mundo, ante él, es arena y la plata es como barro. Todo lo tenemos en él, con él nada nos falta. Él lo puede todo. Nadie puede salvarse a sí mismo, el único salvador es Jesucristo. Él es capaz de hacer pasar un camello por el ojo de una aguja. Oremos, insisto, para que el mismo Jesús con su poder nos libere del apego desordenado a los bienes de este mundo. No sólo los bienes materiales, sino también el apego a la vanidad, al prestigio, al poder, al éxito, etc.

Con el autor del libro de la sabiduría, supliquemos la prudencia y nos será dada, invoquemos y vendrá nosotros el espíritu de sabiduría. Debemos preferir la prudencia y la sabiduría de Dios, a los bienes de este mundo. Debemos querer más el don de sabiduría que la salud y la belleza. Debemos preferirla antes que la misma luz del día, porque su resplandor no tiene ocaso, y con la sabiduría divina nos vienen todos los bienes juntos.

Esta sabiduría nos enseñará a calcular los años de nuestra vida, de tal manera que adquiramos un corazón sensato, es decir, un corazón que vive con sentido, que sabe esperar la alegría del Señor, incluso después de sufrir desdichas. Él tiene compasión de sus siervos. La bondad del Señor baja a cada una de nuestras vidas, para hacer prósperas las obras de nuestras manos. Nuestro Dios nos sacia de su misericordia cada mañana y nos ofrece la alegría y el júbilo de vivir con él. Nosotros, sus siervos, vemos su obrar y los que somos sus hijos, contemplamos su gloria cada día de nuestra vida.

Señor, míranos con cariño, porque con tu gracia y tu sabiduría, estamos dispuestos a dejar todo lo que nos impide seguirte con alegría. Danos siempre la prudencia y la sabiduría, haz prósperas las obras de nuestras manos. Amén.

Santa Misa de hoy: 👉 http://bit.ly/SantaMisaSanGabriel

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