3 minutos con JesúsPortada

3 Minutos con Jesús en el evangelio de San Juan 20,19-31

Evangelio de San Juan 20,19-31
Al anochecer del día de la Resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: «La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también el envío yo». Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar». Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré». Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Luego le dijo a Tomás: «Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree». Tomás le respondió: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús añadió: «Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto». Otra mucha señal hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritos en este libro. Se escribieron estos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.

Meditación
El evangelio de hoy, domingo de la Divina Misericordia, nos dice que el Señor les trajo paz y les comunicó el Espíritu Santo. Al mismo tiempo los discípulos «se llenaron de alegría». En el sucederse de los acontecimientos humanos, en no pocas ocasiones la paz sobreviene tras un conflicto provocado por el deseo de restablecer el orden y la justicia. Aunque no siempre es así, podemos tomarlo como imagen de lo que ha sucedido con la resurrección de Jesús: él ha vencido a la muerte y nos ha liberado de las ataduras del pecado. Por ello, nos puede dar la verdadera paz. Jesús muestra las heridas de su pasión. Llevan la marca de su sufrimiento, pero también son el signo de su victoria. «El amor es más fuerte que la muerte». En ellas se manifiesta su amor por todos nosotros; son el signo de su misericordia, que no finaliza con su itinerario terrestre, sino que sigue ofreciéndose a todos los hombres. De ahí también el mandato a sus apóstoles: «Como el Padre me ha enviado, así también les envío yo». En las llagas de Jesús se descubre un doble fundamento para la misión. Por una parte, se nos recuerda que el camino de la Iglesia ha de seguir el de Cristo: el del abajamiento y la entrega. Por otra, se nos invita a no evitar el sufrimiento ni las heridas del mundo. Ellas son el signo de su misericordia, de un amor que le ha llevado a entregarse por nosotros y que, en todo su itinerario vital, se manifestó también en su compasión y cercanía hacia los que sufrían, los pobres, los enfermos y los pecadores, ofreciéndoles su consuelo, amor y perdón.

“Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los calvos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya”

Adjuntamos el comentario para descargar:

Descarga 3 minutos con Jesús AQUÍ

Síguenos y sé parte de nuestro canal:

Facebook: https://www.facebook.com/prelaturademoyobamba
Twitter:
https://twitter.com/Prela_Moyobamba
Instagram:
https://www.instagram.com/prelaturademoyobamba
Página web:
https://www.prelaturademoyobamba.com