Con palmas en alto y cantos llenos de alegría, la comunidad parroquial de la Iglesia Virgen de la Merced vivió con fervor la procesión del Domingo de Ramos, marcando el inicio de la Semana Santa y recordando la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.
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Gracias a la guía y el entusiasmo de nuestro querido párroco, el Padre Enrique Rodríguez Torrejón, los fieles participaron activamente en esta significativa celebración, que une a la Iglesia entera en preparación para la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.
Una jornada de fe viva
Desde las primeras horas del domingo, familias enteras se congregaron en el atrio de la parroquia, llevando consigo ramos de palmas y ramas de olivo, símbolos de la esperanza y la acogida al Rey de la Paz. La procesión recorrió las calles cercanas al templo, acompañada por cantos litúrgicos, oraciones y gestos de devoción.
Durante el recorrido, el Padre Enrique animó a los presentes con reflexiones profundas y palabras de aliento, recordando el verdadero sentido del Domingo de Ramos:
“Hoy no solo agitamos palmas, sino que abrimos nuestros corazones a Cristo. Él entra en nuestra vida con humildad, y nos invita a seguirle con amor y entrega.”
El Padre Enrique destacó en su homilía la importancia de vivir esta Semana Santa con una actitud renovada, dejando que el amor de Cristo transforme nuestras vidas. Con esta hermosa celebración del Domingo de Ramos, la Parroquia Virgen de la Merced se dispone a continuar las actividades litúrgicas de la Semana Santa, con el deseo de caminar junto a Cristo hacia la luz gloriosa de la Pascua.
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